La soledad y las arrugas eran ya sus únicas compañeras. 87 años atrás, nadie lo habría predicho. Ahora, en pleno invierno, el penúltimo de los habitantes del marchito pueblo había fallecido. Sólo él, como una moribunda vela, ya sin cera ni mecha, permanecía en el lugar. Una vida que se extinguía, una existencia que se hacía amarga y pesada.
Áridos los días, transcurrían sin razón para un hombre cuya mente vagaba lejana. Sin familiares, sin amigos. Ni siquiera el viejo mastín había resistido el paso del tiempo. Asfixiantes, las calles le recordaban a diario que sólo sus pies pisarían sus adoquines mellados. Si se apostaba a escuchar con detenimiento, el silencio amenazaba con dejarlo sordo. ¿Por qué él? ¿Qué había hecho mal? ¿Cuál era el motivo de tal castigo? ¿Acaso no merecía partir de una puñetera vez? Los olivos, visión centenaria de un pasado hermoso y de horizontes esperanzadores, se retorcían secos y ásperos. Como el pueblo. Como él.
¿El suicidio? Para qué, no merecía la pena. Maldita parca, se estaba demorando demasiado.
2 comentarios:
El tono de este relato es más similar al de "El Inicio". Me ha parecido que tiene buen ritmo y es interesante, creo que creas el clima que quieres, de vejez, de cierta tristeza que deja el paso del tiempo. Hasta aquí la crema, ahora te digo los "peros" xD: "apostaba" y "puñetera" me han sacado del texto, la primera por demasiado rebuscada, la segunda por lo contrario, demasiado común, demasiado suave (puñetera me suena al refunfuñe de un vejete más caricaturesco). El último párrafo me da sensación de menos pensado, peor hilado que el resto. Aunque es sólo mi impresión, ojo, yo no soy ni escritor ni crítico xD.
Excepto por esos dos detalles, me ha gustado mucho, estás mejorando.
Jaja, me encanta, pareces mi editor. Pero creo que juntos no ganaríamos ni un euro. En todo caso, como siempre te digo, me encanta que me critiques. Es un relato que no medité mucho, lo escribí prácticamente como me salió XD.
Un abrazote!
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