jueves, 18 de noviembre de 2010

El inicio

Titubeante, avanzó. El angosto pasillo, pobremente iluminado, sugería ambiguas formas que dejaban volar la imaginación hacia parajes insospechados. Vitrinas conteniendo los más diversos muestrarios y estantes cargados con libros y legajos, escritos y artilugios varios, ocultaban las paredes en un caos que presagiaba orden. Al fondo, una puerta con una inscripción ilegible.

El laboratorio representaba todo cuanto el profesor amaba, necesitaba y odiaba. Su existencia entera giraba en torno a una morada que acabaría siendo su tumba. El conocimiento por el conocimiento. Tantear lo desconocido, ver allí donde los demás retiraron su mirada. Osar aprender y experimentar desproveyéndose del pesado velo de la ética y la moral.

Una estancia mortecina, anexa a la principal, conformaba una suerte de dormitorio. Algo parecido a un catre insinuaba un uso entre esporádico y nulo. Una fina capa de sedimento tapizaba los pocos enseres apreciables. Un gato dormitaba arrebujado en unas prendas desperdigadas por el suelo, como un grifo custodiando algún tesoro, oculto, salvo al ojo experto. Sobre una mesita, unos cuadernos y una foto casi borrada. Parecía haber sido observada en demasiadas ocasiones...

4 comentarios:

La nuit dijo...

Qué creativo estás últimamente :D

Me gusta mucho. Sigue así!!

xDDDDD

mu dijo...

¡¡Gracias Leniña!! Anima bastante a seguir, jaja

InsertCoin dijo...

Muy bien. Sobretodo porque lo has escrito en poco tiempo después del anterior, si coges costumbre verás que luego cuesta menos.

Bueno, vuelves a tu barroquismo, pero tengo que decir que me encaja en lo que cuentas. La historia es curiosa, y la frase final personalmente me ha gustado mucho mucho. Como punto negativo, quizás a veces te empeñas en añadir alguna palabra que, sin ser desde luego un arcaísmo, no es muy frecuente en el uso diario. Me da la sensación de que eso crea distancia con el lector, pero igual buscas eso mismo.

Muy bien tronquen, muy bien.

mu dijo...

Jo, es que no puedo evitar mi barroquismo, como tú lo llamas... pero hago mis esfuerzos, jeje.

Es un placer leer críticas... ¡seguid leyéndome!

PD: Y gracias por la última línea... a mí también me gusta especialmente...