Estoy colapsado. Mañana tengo un examen que habré hecho ya como en 3 ocasiones. En estos momentos no tengo ánimos para seguir estudiando, cuando, en realidad, estoy necesitado de ello; me van a crujir, abrir en canal, follar vivo, darme por atrás, romperme el ojete, desvirgarme, como coño queráis llamarlo. Estúpida petrología.
Sin embargo, no estoy desanimado, ni mucho menos. Me encuentro como en un estado de semitrance difícilmente explicable. No estoy absurdamente contento ni desesperadamente melancólico. Como en todo, también para esto hay puntos medios; este no es el caso pero me imagino que se le aproxima bastante.
Necesitaba desahogarme. Volcar lo que siento, que ni yo mismo lo sé, mediante palabras que en realidad no se ajustan a lo que pasa por mi cabeza. Me gustaría romper con todo. Gritar, gritar como si me hallase sólo en el mundo, vaciar mis pulmones en un desaforado berrido.
Pero en realidad no sé si es exactamente lo que me apetece. Me muero por subirme a la moto, seguramente lo haga en unos minutos. De un tiempo a esta parte, ese artilugio con dos ruedas ha ido ocupando más y más espacio en mi vida; sin saber bien cómo, es de las cosas que más me han apasionado de todas aquellas que en algún momento han llegado a hacerlo.
Quiero, necesito hacer algo distinto. Algo que ni tan siquiera se me haya cruzado por la cabeza. Mi imaginación es viva y sumamente gráfica, pero a estos efectos, podríase decir que es nula. No se me ocurre, simple y llanamente, qué puedo realmente querer en estos momentos porque, y supongo que éste es el principal problema, tampoco sé que narices me sucede.
Es como... si, aun siendo yo, no lo fuera. Como si algo no cuadrara. Mi vida está bien, en términos generales, no me falta de nada, mis necesidades básicas y otras no tan básicas estan ampliamente cubiertas. Si bien es cierto que el tema de la carrera me perturba, antes lo hacía mucho más de lo que lo hace ahora, y tampoco es el dinero lo que me atormenta. A veces, cuando me pongo a pensar (cosa mala, nada bueno puede resultar de semejante majadería), me doy cuenta de que mi vida no me llena. No lo hace. Pudiera sonar a necedad por mi parte, no lo discuto. "¿Y qué?", dirán algunos, "¿a quién le llena plenamente?". Pues no lo sé, ni me importa un carajo. Pero, coño, salvo que alguien o algo (véase Cthulhu) demuestre lo contrario, sólo tengo una estúpida vida, una sola, y querría aprovecharla, querría no sentirme vacío, como me siento en alguna ocasión.
Y vuelvo a insistir, considero que en estos momentos estoy... bien. Pero, existe algo, como una piedrecilla en el calcetín, que te jode todo lo demás. Quizás no sea sino una quimera, una mera utopía, algo inalcanzable, y deba conformarme con aquello de que dispongo que, ey, está de puta madre.
En fin... al menos, sí iré a ver al Boss a Barcelona.